Se dice en Naturopatía que no existe ninguna planta que no sea medicinal, todo dependerá de la cantidad administrada y el momento en el que se toma. El fundamento de la Fitoterapia, que estudia el uso medicinal de plantas medicinales, radica en las propiedades curativas que contienen las plantas. Estas propiedades se deben a ciertas sustancias químicas, principios activos, que se encuentran en ellas junto con otras también necesarias para la terapéutica. El conjunto de todas estas sustancias conforman en un perfecto equilibrio natural en la planta. Por ello desde la Naturopatía, se hace hincapié en tomar la planta, sin aislar los principios activos, para que esta opere con la máxima eficacia y tolerancia en el paciente.
Lo ideal es que las plantas utilizadas sean naturales o ecológicas para asegurar su máxima eficacia y poder curativo. Es importante también que a ser posible, sean de la misma zona donde uno se encuentra. Así, la planta está adaptada a los mismos ciclos, entorno y tierra que la persona que las toma. Las propiedades medicinales también dependerán del momento de recolección, el secado y del ciclo anual por el que esté pasando la planta. Hay muchas formas de utilizar las plantas medicinales, podríamos citar aquí las más comunes:
Infusión. Su uso suele ser ocasional y se utiliza normalmente como digestivo, relajante, para dar calor corporal o sencillamente por el mero hecho del placer de saborear una taza de infusión. La cantidad de plantas que se utiliza suele ser de 2 a 5 gramos por taza. Se hace echando las plantas en agua hirviendo normalmente en una tetera o similar, pero separada del fuego. Se tapa y se deja reposar durante 10 o 15 minutos. Luego se filtra y se toma.
Tisana o cocción. Su función es principalmente terapéutica. Se toman varias veces al día durante un periodo de tiempo. La cantidad de plantas y las proporciones varían según la intención terapéutica. Se prepara llevando el agua a ebullición, se echan las plantas y se cuecen durante 5 a 10 minutos a fuego medio. Luego se tapa y se deja reposar aparte del fuego durante 10 minutos. Posteriormente se filtra y se toma.
Maceración. Consiste en poner las plantas en agua durante un tiempo al abrigo del sol. Como forma general se deja entre 12 y 24 horas para cortezas y raíces, y 7 horas para tallos blandos, hojas y flores. La proporción con fin terapéutico es de aproximadamente de 15 a 35 gramos por litro de agua. También se suele utilizar en lugar de agua, aceite o alcohol, en este último caso se denomina Tintura. En la Tintura se siguen las mismas proporciones aunque el tiempo de macerado es mayor, va de una semana a varios meses según el caso. Después de terminar el proceso de maceración se filtra y se conserva en un tarro o botella de cristal al fresco, protegido del sol y a salvo de cambios de temperatura y humedades.
La maceraciones con agua se suelen utilizar para tomarlas varias veces al día o bien para uso de baños, enjuagues o cataplasmas. La maceración con aceite o con alcohol se suele utilizar como uso tópico, como aderezo alimentario ( en este caso las proporciones variarán según el gusto que se quiere conseguir) o bien para limpieza del hogar.
Cataplasma. Se prepara con tierra fina o arcilla, a ser posible de la zona. Se hace una pasta con el agua obtenida por cocción según la receta de plantas para el caso. La masa ha de ser pastosa pero fluida. Se extiende sobre la parte afectada con un grosor aproximado de 0.5 cm. Luego se cubre con tela fina o venda y se deja reposar durante 2 o 3 horas. Se retira y se limpia con agua abundante. Realizar varias veces al día. Se puede aplicar en frío o en caliente según el caso.
Emplastos. Es una mezcla de plantas medicinales con consistencia de masa. Estas se suelen poner en remojo varias horas y luego se escurren. Esta masa de plantas, a veces se le añade tierra o arcilla, se coloca directamente sobre la zona a tratar. Luego se cubre con tela fina o venda y se deja reposar durante 2 o 3 horas. Pasado este tiempo se retira lavando la zona con agua abundante. Realizar varias veces al día. Se puede aplicar en frío o en caliente según el caso.
Baños. Consiste en realizar baños locales (manos, pies, codos, ojos, etc. ) o de cuerpo completo con agua de plantas obtenida mediante cocción o maceración. Este agua se puede verter en el recipiente que se utilice donde previamente habremos vertido agua caliente o fría. También puede hacerse poniendo directamente las plantas en el baño caliente y esperar 10 minutos, tapado, a que estas suelten todas sus propiedades al agua. Previamente al baño se a debe lavar normalmente la zona a tratar con agua y jabón. Una vez terminado el baño medicinal se deja el cuerpo secar al aire. Luego se cubre la zona o el cuerpo y se espera en reposo entre 2 y 3 horas Finalmente se aclara con abundante agua. Se puede realizar varias veces al día según el caso.
Aceites esenciales. El aceite esencial contiene una mayor concentración de sustancias y propiedades que el aceite común. El aceite esencial suele diluirse en otro aceite base ( sésamo, coco, almendra, oliva, etc. ) para posterior uso tópico, mucosas y/o alimentación. Las dos formas más usuales de obtener aceite son:
– Prensado en frío. Se prensa el fruto por acción mecánica y se separa el agua del aceite normalmente mediante centrifugado. Obteniendose aceite.
– Alambique. En su interior se coloca agua y plantas en proporción determinada y se pone a cocer durante un tiempo según la planta. El calor hace que el agua se evapore y este al pasar por el serpentín, se condensa. De este proceso se obtienen dos productos: aceite esencial e hidrolato ( agua floral). La diferencia de densidad del resultante hace que el aceite esencial quede en la superficie y el hidrolato, con menor concentración de aceite, quede abajo. Estos dos componentes se separan luego a través de varios procedimientos. Para obtener aceite esencial de calidad es importante tener en cuenta el tipo de alambique utilizado (cobre, acero, etc. ), el tiempo de cocción, la proporción, calidad del agua, la planta y la experiencia del artesano.
Jarabes o Tónicos. Se suele preparar con agua de plantas obtenido por cocción o maceración y/o aceites esenciales. A la mezcla se le añaden conservantes naturales terapeùticos como la miel o el sirope. A los tónicos se le suelen añadir minerales según la intención terapéutica.
Ungüentos o cremas. Realizado con extracto de plantas tomando como base de la dilución materia aceitosa o grasa, en proporciones variables según el caso. Uso tópico.