El llamado Movimiento Respiratorio Primario, es producido a consecuencia de las oscilaciones del sistema Craneosacral. Este se compone a su vez de dos movimientos: inspiración, también llamado Flexión, y espiración denominado Extensión. Este movimiento continuo de respiración rítmica se transfiere a través del sistema fascial hacia todas las estructuras oseas que se mueven al unisono siguiendo el movimiento de inspiración y espiración.
Obviando el estudio pormenorizado del movimiento de cada pieza osea, en sus tres ejes del espacio y de sus propias particularidades, podemos citar algunas referencias que nos pueden dar una idea de como se mueve la estructura osea en este proceso respiratorio. Se cita aquí el proceso de Inspiración, en el de espiración el movimiento se daría en sentido contrario
Así en Flexión, el cuerpo se expande, la columna vertebral se estiliza disminuyendo sus curvaturas fisiológicas y los diafragmas bajan. De forma general los huesos pares rotan externamente y ascienden, y los impares realizan un movimiento de flexión sobre su eje transversal.
El craneo aumenta su diametro transverso y disminuye el anteroposterior acompañado de un descenso de la bóveda craneal. El movimiento de las diferentes piezas oseas se relacionan entre si por un mecanismo de “rueda dentada”. De esta forma por ejemplo, el occipital se horizontaliza, el cuerpo del esfenoides se eleva o los temporales van hacia adelante y abajo.
El sacro influenciado por el movimiento de las meninges, realiza un movimiento de verticalización influyendo de esta forma en los iliacos que se mueven en rotación externa y anterior, similar a lo que ocurre en los temporales. Los omoplatos en su relación de movimiento con el ilicaco realiza un movimiento global de ascención.
El femur al igual que el humero, rota externamente y asciende. Aunque el movimiento global de la pierna es el de rotación externa y ascenso, los dos huesos que lo forman se mueven de forma inversa de manera que la tibia realiza una rotación externa y una ascensión y el peroné una rotación interna y un descenso. Muy similar a lo que sucede con el movimiento global de antebrazo y concretamente entre el cúbito y el radio. Manos y pies tienen también una relación de movimiento de forma que la bóveda plantar aumenta y la cara palmar de la mano se ahueca.
En la caja torácica, las costillas se mueven por pares y globalmente se elevan, aunque es su parte posterior bajan y en su cara anterior sube, realizando un movimiento inverso al del esternón que globalmente desciende.