El Masaje deportivo es un complemento indispensable para la practica deportiva. Debemos entender que mientras realizamos deporte la maquinaria musculoesquelética interviene al completo en la ejecución del ejercicio. Aunque, según la modalidad, son determinados músculos o grupos musculares los que realizan un mayor trabajo para el desempeño de dicha actividad.
El masaje deportivo debe adaptarse a las circunstancias específicas del momento, a la modalidad deportiva y a la estructura del deportista. A nivel general, el masaje deportivo, ofrece múltiples beneficios tanto locales como a nivel general. A nivel sistémico, se pueden destacar, el efecto analgésico y relajante, y la mejora de la circulación sanguínea y linfática. Un masaje adecuadamente realizado, ayuda a eliminar los productos de desecho y toxinas resultantes del incremento del metabolismo durante el ejercicio, y por consiguiente facilita la entrada de oxigeno y nutrientes a las células que conforman el sistema musculoesquelético. Por ello, tiene un importante papel en la reducción del tiempo de recuperación postesfuerzo y ayuda a evitar lesiones por sobrecarga. Hay que tener en cuenta que, ante una lesión o sobrecarga, una musculatura que realiza deporte habitualmente se recupera mejor y más rápidamente que una que lleva un régimen sedentario y poco activo. El masaje deportivo es sin duda, determinante para la mejora del rendimiento en la actividad deportiva.
Podemos distinguir varios tipos de masaje deportivo:
1. Masaje deportivo de mantenimiento
La aplicación de este masaje con regularidad elimina el síndrome de sobre-entrenamiento que fatiga tanto al sistema musculoesquelético. Actúa como prevención de lesiones evitando espasmos musculares, sobrecargas, contracturas u otras lesiones que se puedan dar en la práctica deportiva.
Este tipo de masaje tiene como objetivo conseguir que las sesiones de entrenamiento sean lo más fructíferas posible. La acción de este masaje favorece el riego sanguíneo y por consiguiente la retirada de productos resultantes del metabolismo. También ayuda a regular el sueño, a reducir el estrés y la ansiedad. Es ideal para calmar y relajar al deportista para que este llegue a la competición en óptimas condiciones.
El masaje pueden ser local o global. Este debe ser un masaje completo en todas sus maniobras y técnicas, profundo e intenso, y se suele alternar con estiramientos de la musculatura implicada. Se recomienda un mínimo de dos a cuatro sesiones por semana en días alternos, siendo recomendable que al menos una de ellas sea de caracter general. Hay que tener en cuenta el momento de la temporada por el que pasa el deportista y si acarrea una lesión o no, en tal caso, el modo de proceder será distinto dándole prioridad a la recuperación de la lesión y a los efectos compensatorios corporales a consecuencia de esta.
La duración aproximada sería de 30 a 40 minutos para los masajes locales y de 60 minutos para los generales. Se suelen utilizar aceites o cremas de efecto antiinflamatorio, circulatorio y sedante.
2. Masaje deportivo previo a la competición
Se realiza justo antes de la competición, es un masaje superficial excitante y vigorizante. Su fin es activar la musculatura, el sistema sanguíneo y el nervioso para llevar al deportista al punto optimo para el desarrollo de la competición. Como complemento a este masaje el deportista debe realizar una buena sesión de calentamiento y estiramientos. El deportista a de adecuar el ritmo vascular y pulmonar al exigido para la competición.
De carácter local o general y de corta duración, alrededor de 15 a 20 minutos. Debe ser aplicado a alta velocidad y superficialmente. Uno de sus efectos es el calentamiento de la musculatura y articulaciones así como el aumento del metabolismo, por lo que es normal y recomendable producir una intensa hiperemia. Las técnicas fundamentales a utilizar en el masaje son fricciones, sacudidas, percusiones y estimulaciones vibratorias. Se suele complementar con cremas o sprays de efecto calorífico.
En ocasiones, este tipo de masaje también se utiliza durante competiciones en las que hay descansos mas o menos largos entre prueba y prueba.
3. Masaje deportivo durante la competición
Normalmente este es un masaje de urgencia. Descartando una posible lesión, se aplica durante la propia competición en el caso de que existan problemas musculares como espasmos, calambres, sobrecargas, etc.
De carácter local y de corta duración, aproximadamente de 5 a 10 minutos. Se utilizan suaves estiramientos, amasamientos de intensidad y profundidad media, puntos presión, sacudidas, etc. Si la musculatura respondiera ante el tratamiento con calambres se deberá reducir la intensidad de la presión y utilizar estiramientos mas suaves hasta que la sintomatología haya desaparecido. Normalmente se suelen utilizar cremas o sprays antiinflamatorios y analgésicos como complementos al masaje.
Indudablemente, si la sintomatología persiste y las molestias aumentan o hay signos evidentes de una posible lesión, se deberá suspender la competición a la espera de una mejor y mas calmada valoración de la lesión.
4. Masaje deportivo post competición
Debido al estado de agotamiento en el que se encuentra la musculatura después del sobreesfuerzo de la competición, la función de este masaje es la de relajar la musculatura y favorecer la eliminación de los productos de desecho resultantes del exceso de metabolismo. De esta forma se aumenta el tiempo de recuperación y se previenen lesiones. Es un masaje reparador y restituye la calma. Este no es el momento idoneo para tratar lesiones causadas por la competición sino que serán los días venideros los propicios para este fin.
Antes de practicar este masaje una vez terminada la prueba, se debe dejar reposar al deportista durante 10 a 20 minutos con el fin de que se hidrate y vaya normalizando sus funciones. Es aconsejable que durante este tiempo siga en movimiento y camine.
Este masaje se combina con estiramientos suaves. En los masajes locales la duración aproximada es de 20 a 25 minutos y los generales de 40 a 45 minutos. El masaje se caracteriza por sus pases largos y pausados de suave intensidad y profundidad media. Se utilizan mayoritariamente técnicas de vaciados, mecimientos y amasamientos suaves.